Mari Trini

Artista

Una cantante para la historia de la música

“Cantante y poeta del amor de Murcia”. Así definió el cronista e investigador Juan José Franco Cerezo a María Trinidad Pérez-Miravete Mille, popular cantante conocida como Mari Trini. Y este mismo autor, después de que durante décadas muchos creyeran que la artista había nacido en Caravaca de la Cruz, probó que, en realidad, fue bautizada en la murciana parroquia de San Lorenzo tras nacer un 12 de julio de 1947.

Mari Trini estaba emparentada con la nobleza murciana, representada en el título de los marqueses de Peñacerrada, de quienes era biznieta, y también descendiente directa del célebre escultor Francisco Salzillo. A la familia se sumaban otros títulos, como el de vizcondes de la Rivera de Adaja o el de los condes de Montemar, sus tíos abuelos.

Relata Cerezo en un aporte publicado con motivo del XI Congreso de Cronistas Oficiales de la Región de Murcia que la cantante disfrutó de su infancia en la capital del Segura y también en la casa que su madrina, la vizcondesa de Rivera de Adaja, mantenía en Singla (Caravaca). No serían del todo felices aquellos tiempos si tenemos en cuenta que, con apenas siete años, quedó postrada en una cama, en la que permaneció a causa de una enfermedad hasta que cumplió catorce.

La interminable convalecencia la acercó a la música y en ella descubrió su pasión, incuso componiendo sus primeras canciones. En Madrid, donde la familia se había establecido, conoció a Nicholas Ray, quien había sido director de míticas películas como ‘Rebelde sin causa’ y que por entonces andaba rodando en España ‘Rey de reyes’.

Ray, convertido en su representante, la animaría a trasladarse a Londres para rodar otra película que, en cambio, jamás se realizó. Pero aquella experiencia le permitió a la artista conocer a grandes genios de la música como Paul Mc Cartney o Román Polanski, entre otros. Más tarde, grabaría sus primeras canciones en París y en francés, antes de retornar a España, donde la aguardaba su despegue artístico.

Su álbum ‘Amores’ la consagró en 1970 entre los grandes cantautores y le abrió las puertas de América. “Es su lírica de gran sensibilidad e intimismo, de versos cortos y con multitud de metáforas”, recordaba Cerezo en su artículo. Su segundo Álbum, titulado ‘Yo no soy sea’, le reportó otro gran éxito en 1972 y algún quebradero de cabeza con la censura, que veía en sus canciones el grito de una mujer que luchaba por ser libre en una España aún bajo la dictadura del general Franco.

Triunfo tras triunfo, Mari Trini llegaría a conquistar el Teatro Olimpia de Paris, una gesta que aún no ha igualado ningún artista murciano hasta la fecha. Ya era considerada la mejor cantautora española de todos los tiempos. De nuevo, su melodía ‘Una estrella en el jardín’ hizo vibrar a millones de españoles en 1982. Y en 1984 posó

desnuda para la revista ‘Interviú’, causando una gran sorpresa al contrastar con el carácter gris y reservado que muchos críticos atribuían a su personalidad.

La cantante logró vender diez millones de discos y por ello la Sociedad General de Autores le otorgó el llamado “Disco Multidiamante’. No sería el único galardón que recibió en vida. También fue acreedora del reconocimiento de la Comunidad Autónoma de Murcia, que le entregó el premio a la ‘Lucha por la Igualdad’ en 2008, distinción que sumó a otras como el ‘Laurel de Murcia’. Aquella mujer apasionada por la Fórmula 1 y que fumaba cigarrillos negros de marca francesa se había convertido en una celebridad.

La vida de Mari Trini, en cambio, estaba próxima a su fin. Un cáncer de pulmón, diagnosticado un año antes, acabó con su vida el 6 de abril de 2009, que aquel año fue Martes Santo. Concluía así la historia de una de las actrices más reconocidas durante la década de los años setenta y la primera mitad de los ochenta y que, desde hacía algún tiempo, sufría cierto olvido por parte de los productores y el público.

Pese a ello, murió rodeada de sus familiares, amigos y de su inseparable secretaria Claudette, a quien algunos la consideraban realmente su pareja, si bien la cantante siempre odió comentar el más mínimo detalle de su vida privada. Ni falta que le hacía. Porque Mari Trini se convirtió y disfrutó en vida el ser la más célebre cantante que ha dado esta tierra.